martes, 13 de octubre de 2009

El fútbol como arte

Decenas de fotografías colgadas sobre un pasillo largo, con paredes blancas radiantes. Grandes momentos del fútbol expresados en cada una de ellas. Esos goles, festejos, lamentos, son historia pasada, pero que, en esas imágenes de fotógrafos deportivos argentinos, parecen perpetuos. El gol de Maradona a los ingleses, el de Caniggia a Brasil, momentos de alegrías, de tristezas, de violencia, entre otras. Así se puede describir la Sala José Luis Cabezas, en el Congreso de la Nación, al menos desde el 6 de octubre al 3 de noviembre, mientras dure la exposición llevada a cabo por la Dirección de Cultura.
Avenida Rivadavia 1864, pleno centro de Buenos Aires, primer entrepiso. Cualquiera pensaría que esa zona es un caos por las últimas protestas que se hicieron presentes en los alrededores del establecimiento gubernamental. Jubilados, estudiantes, partidos políticos, entre otros, reclamando derechos, cambios, o algún otro pedido. Sin embargo, uno puede ingresar ante la vista de los manifestantes, por un ingreso lateral del Congreso para revivir esos momentos del deporte más popular del país, en un recorrido breve pero completo de cuadros.
Se puede sonreír, o emocionar por qué no, por los goles de Maradona a los ingleses, por esa jugada de aquel partido que se lleva en la memoria y que no se puede olvidar, por la pasión del hincha ilustrado en las hinchadas con bengalas y papelitos de los colores del equipo, por ejemplo. También se puede lagrimear por esos momentos de angustia, como la postal de Marcelo Bielsa luego de quedar eliminado con la Selección Argentina en primera ronda del mundial en Alemania 2006, o para otros, puede generar la misma sensación el llanto de Juan Román Riquelme después de perder una Copa Intercontinental. O Impotencia es lo que uno siente si observa la fotografía de un hincha con su cara ensangrentada, casi inconciente, en una de las tribunas, mostrando que la violencia también es protagonista donde no debería serlo.
Esta exposición tiene como cortina el Recinto de la Honorable Cámara de Diputados, esa misma donde se dio media sanción, por diputados, a la tan resonante Ley de Servicios Audiovisuales que está en boca de todos y que el viernes 8 de octubre dicha ley pasó por los senadores para la decisión final para su promulgación. Además, el Congreso fue testigo de aquella frase que quedó en la historia: "Mi voto no es positivo", expresada por el vicepresidente Julio Cobos, al finalizar el discurso con el cual desempató una votación sobre un proyecto de ley acerca del índice de retenciones aplicadas a las exportaciones agropecuarias, en el marco del conflicto entre el campo y el gobierno. Hoy no hay excusas para decir que en el edificio estatal sólo se puede ver situaciones que paralizan al país, sino que da lugar para ver arte. En este caso, “el fútbol como arte” es protagonista gracias a figuras como Carlos Bairo, Marcelo Figueras, Gerardo Harowitz, Carlos Sarraf, Fabián Urquiza, entre otros, que muestran este deporte de una manera muy particular.


Gerardo Horovitz: De lo más alto de la fotografía hasta lo más alto

Una simple cámara de fotos hizo de Gerardo “el Zoilo” Horovitz uno de los mejores fotógrafos deportivos del país. Su labor se basó en el ámbito deportivo y lo vieron desempañar, lo que mejor sabía hacer durante sus largos 35 años de trayectoria, millones de personas en cuatro mundiales de fútbol, en partidos de campeonatos nacionales o torneos internacionales, entre otros.

Fotografía de Gerardo Horovitz

Hoy, Horovitz quedará en el recuerdo del deporte argentino y, gracias a su trabajo por años, sigue presente en sus fotos. Una de sus grandes obras se puede ver reflejada en la sala José Luis Cabezas en el Congreso de la Nación en donde se ve a Carlos Bianchi festejando un título de una manera muy inusual, como si fuera un hincha gritando desde lo más profundo del corazón, de la que no nos tiene acostumbrado a ver, por su siempre buena presencia y correcta vestimenta que lo caracteriza sumado a la seriedad que suele exhibir. Sin lugar a dudas, un gran hallazgo el de Horovitz que estuvo en el momento preciso para ese momento.
El fotógrafo a los 58 años quien trabajó en importantes medios gráficos, dejó de existir físicamente el 26 de junio de 2009, pero se lo tuvo, tiene y tendrá como referente a la hora de hablar de la fotografía, ese don que “el Zoilo” llevó en su sangre desde que lo vieron nacer el 3 de julio de 1950.

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